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Responsabilidad social, una tarea a la que todos aportamos algo.

Autor: Lo+News


Desde salir a realizar nuestras compras, regar nuestros jardines, o incluso consumir un alimento, las acciones que llevamos a cabo en nuestro día a día, implican el uso de recursos que tendrán consecuencias en el ambiente. Ante esta situación se requiere un cambio al momento de cumplir con dichas actividades para reducir nuestro impacto en el medio; esto lo remarca el Maestro Diego Riva, quien está a cargo de la gestión ambiental en la Coordinación General de Desarrollo Sustentable. 

Una de las perspectivas que pretende hallar solución a esta problemática es la de la responsabilidad social, que se divide en varias vertientes, cada una atendiendo a un ámbito específico del medio, perteneciendo a un corte social, humano, ambiental, entre otros, siendo este último un punto de vital importancia cuyo valor es subrayado incluso por la constitución, señalando que toda persona tiene derecho a desarrollarse en un ambiente sano. 


Todas las acciones cotidianas afectan de una manera u otra al entorno y generan un impacto en circunstancias como lo es el cambio climático, señala el Maestro Riva. Es por ello que cada acción que se lleva a cabo debe conllevar un compromiso para con el medio ambiente, pues es de este modo en que se evita el agravar el problema. 


Entre las actividades que mayor impacto tienen en el ambiente, destacan aquellas relacionadas con la movilidad, causante de cerca del 70% de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que es recomendable entender cómo es que las emisiones de gases de efecto invernadero repercuten de manera directa al mismo, siendo una de las soluciones evitar el uso de automóviles en la medida de lo posible, optando por usar medios alternativos como lo es la bicicleta, o haciendo de mayor eficiencia el uso del vehículo automotor, poniendo como ejemplo la práctica del carpool, estrategia que consiste en el uso compartido del vehículo para llegar a un punto en común. 


El Maestro Riva hace también un hincapié en la materia del manejo de residuos, pues estos generan gases si son llevados a lugares como un relleno sanitario. Si bien como usuarios es entendible que se requiere del uso de artículos y utensilios variados, es cierto que lo más recomendable es disminuir y, de ser posible, eliminar la necesidad de la mayor cantidad de artículos de este estilo. Una de las alternativas a estos productos, como lo son paquetes desechables y platos, es la de usar contenedores y aparatos reusables. Esto en contrapunto de la economía lineal, de tendencia histórica común, situación en la cual un objeto es producido, obtenido, usado y luego desechado. Opuesto a esto se busca una manera más consciente de consumo para llegar a una economía circular en la cual los insumos obtenidos sean usados la mayor cantidad de veces posibles, y cuyo desecho implique un próximo uso o reciclaje. 

Otra forma de controlar y hacerse cargo de los restos que generamos es la de contactar con un organismo pertinente; que se asegurará del correcto manejo de los residuos generados, ya sea eliminándolos de la manera correcta o reciclando lo posible, tarea que implica responsabilizarse por los desechos propios en vez de depositarlo en el primer espacio que parezca conveniente; por ejemplo, en Lomas de Angelópolis tenemos acceso a dos reciclatones donde, además podemos ayudar a las fundaciones que representan, dichos reciclatones son los organizados por Proniñez y Responsabilidad Social de Grupo Proyecta.  


Las distintas problemáticas ambientales son un factor de riesgo tanto para las generaciones venideras como para las actuales, pues las consecuencias del cambio climático y la falta de acciones conscientes es perceptible en el presente, de manera innegable e inequívoca.  


Acciones como bañarse en periodos cortos o lavar los trastes y ropa en tandas que resulten rentables son unas pocas con las que se puede comenzar a disminuir el consumo de agua, puesto que tan solo dejar correr agua durante 10 minutos implica un gasto de entre 10 y 200 litros, una lavadora consume en promedio entre 40 y 90 por ciclo de lavado; colocar una botella de agua con capacidad de un litro en la caja del baño, por ejemplo, ayuda a ahorrar justamente esa cantidad de agua en cada descarga en oposición a los 6 a 10 usados en promedio por cada descarga, acelerar los tiempos de lavado de manos es un consejo practico y sencillo de llevar a cabo. 


En otras medidas, se puede hacer uso de agua para riego en la mañana, entiéndase antes de que salga el sol, o en la noche, puesto que esto evitará que el agua se evapore y se aprovechará de mejor manera. Una actividad que, por el contrario, se recomienda evitar es la de barrer las hojas secas, puesto que estas cumplen funciones específicas en el entorno de la vegetación. Una medida más es la de la disminución de consumo de carne, puesto que su producción conlleva cantidades inmensas de uso de agua. 


De un modo u otro todas las medidas posibles son una ayuda importante, desde manejar residuos o reducir el consumo energético, siempre tomando en cuenta que podemos llevar a cabo mejorías en nuestras acciones diarias, que ayudaran al desarrollo sustentable de la comunidad.  
 

Mtro. Diego Ariel Riva 

Coordinación de Gestión Ambiental BUAP 

Tel: 222 5900200 ext 1268 



Fecha de publicación: 28/09/2022