Formar a los hijos en la generosidad

Quizás al leer este título muchos pensemos: ¿¿Otro reto??, ¿No es suficiente con enseñarlos a tener buenos modales, limitar su tiempo en pantallas, ver que vaya bien en la escuela y que recoja su cuarto y arregle su closet? Y además bien y de buenas como decían las abuelas.  Sin duda, la educación y formación de los hijos es ya un reto por definición, pero definitivamente hay bases que pueden darnos por añadidura como resultado todo eso que, al final del camino, quisiéramos ver. 

Platicamos con la Dra. Elena Anaya, especialista en el tema ya que es Doctora en Neurociencias y Cognición por la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, España; maestra en Psicología Clínica con orientación en Terapia Familiar y licenciada en Psicología por la UPAEP. Es fundadora y directora de Marca Familia, está casada desde hace 20 años y es madre de seis hijos. 

“La generosidad es una virtud maravillosa, es una virtud en la que, a través del desprendimiento, de la disponibilidad que pones sobre todo de tu corazón, porque no sólo es entregar cosas, digamos, se concreta a través de la entrega de algo que generalmente es material, pero no necesaria y exclusivamente, también entregas el tiempo, entregas tu persona, entregas tus talentos, lo que sabes…. Es una disposición que viene desde dentro y que es una manera de hacer, justo visible, cuando tienes interés o amor por una persona” inicia Elena explicándonos sobre dicha virtud. “No podría yo entender el amor a una persona sin que haya actos de generosidad”  

La Dra. Anaya nos comparte también algunas definiciones de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) la cual define a la generosidad como la nobleza heredada de los mayores. Y Elena la complementa compartiéndonos que hay etapas en la vida donde no nos damos cuenta y otras en las que no nos damos cuenta que no nos damos cuenta; “los niños no se dan cuenta de todos los esfuerzos y sacrificios que hacen los padres, no se dan cuenta, simple y llanamente ellos se viven y viven bajo el cuidado, la generosidad y el servicio de los padres; un chiquito no se pregunta si va a comer, si va a vestir, si va a tener colegio… sabe que eso va a llegar, y esta es la forma más providente que nada le va a faltar.”  Los adolescentes, por otro lado, dentro de las situaciones lógicas de esta etapa, no se dan cuenta que no se dan cuenta de todo lo que sus padres hacen por ellos… “el adolescente tiene agudizada la mirada a criticar, porque en el fondo también así se vive, criticándose a sí mismo, está siendo un ensayo de quién va a ser y no se da cuenta que su papá y su mamá han hecho actos de generosidad hermosos” 

Pero cómo enseñarla a los hijos ya que no son conscientes muchas veces de nuestros actos de generosidad como padres. Elena Anaya nos comparte este ABC de la generosidad y en el cual nos dice que ésta debe ser: 

Continúa en el código QR de este artículo viendo la entrevista de la Dra. Elena Anaya para escuchar la explicación de estos puntos además de algunos consejos para llevar a cabo en el día a día en la formación de la generosidad en nuestros hijos. 

Por último, retomamos una cita de Elena que nos dice “LA FAMILIA ES UN AULA VIVA”, si queremos que nuestra sociedad se vaya transformando en positivo, hagamos de nuestra familia ese laboratorio donde se prepara una mejor sociedad. 

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