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El fortalecimiento del sentido de comunidad a través del ejercicio de la ciudadanía activa

Autor: Carolina Restrepo

 

Las comunidades son como tejidos vivos que se entretejen a través de la colaboración, el compromiso y la participación de quienes las habitan. Una comunidad bien articulada puede canalizar sus tensiones y llevar a cabo procesos organizativos que les permita presentar sus demandas antes diversos actores políticos.

 

 

La diversidad es un elemento recurrente en la formación de las comunidades modernas, y la diferencia se convierte en una variable enriquecedora para ellas.  Diferentes edades, procedencias geográficas e incluso nacionalidades otorgan perspectivas variadas del mundo y capacidades de abordar problemas colectivos, siempre y cuando nos articulemos en el ejercicio de una ciudadanía activa.

 

 

Existen experiencias en diversas partes del mundo en las que, gracias al ejercicio de una ciudadanía activa, las comunidades han logrado gestionar crisis tales como la escasez de agua, la inseguridad y la planificación del crecimiento territorial y de los espacios que comparten. Estas experiencias demuestran el poder de la acción colectiva y la participación ciudadana en la búsqueda de soluciones a desafíos apremiantes.

 

 

En el ámbito de la participación ciudadana, existen diversos mecanismos que permiten a las personas tomar decisiones de manera conjunta. Aunque estamos familiarizados con mecanismos de consulta que los gobiernos utilizan para consultarle a sus ciudadanos sobre ciertos temas, también existen algunos mecanismos que pueden ser utilizados desde los ciudadanos para debatir sobre problemas prioritarios de sus comunidades y establecer vínculos con otros actores políticos e instituciones de distintos niveles.

 

 

La asamblea comunitaria ha sido un mecanismo utilizado desde tiempos rurales para la toma de decisiones sobre grandes extensiones de tierra, y su uso se ha extendido a contextos urbanos y diversos. Se ha convertido en un espacio de discusión que fomenta la distribución de información y la formación de una postura más informada y debatida entre sus miembros.

 

 

Podemos definir a la asamblea comunitaria como un encuentro de miembros de una localidad o grupo en particular que busca fomentar la participación democrática, la toma de decisiones colectiva y la resolución de conflictos que afectan a una comunidad.

 

 

Las asambleas pueden ser formales o informales, y su alcance puede ser variado desde un pequeño grupo de vecinos discutiendo temas locales hasta espacios más grandes que implican la discusión de temas regionales.

 

 

En estas reuniones, los miembros de la comunidad tienen la oportunidad de expresar sus opiniones, plantear preocupaciones, proponer soluciones y votar sobre cuestiones relevantes. Las asambleas comunitarias suelen ser un ejemplo de democracia directa, ya que permite a grupos participar activamente en la toma de decisiones que afectan a su entorno inmediato.

 

 

Estas asambleas también han encontrado en espacios virtuales nuevas formas de conectar y de generar relaciones que empoderen a las localidades. Se caracterizan por tener interacciones basadas en una causa común y por compartir intereses. Las comunidades en línea también requieren una participación mediante preguntas, brindando información y compartiendo experiencias entre los miembros.

 

 

Una de las contribuciones más significativas de participar en ejercicios de participación ciudadana y asambleas comunitarias está estrechamente relacionada con el fortalecimiento del sentido de pertenencia de los ciudadanos hacia su comunidad. Este sentido de pertenencia no solo es fundamental para el bienestar individual, sino que también juega un papel esencial en el desarrollo saludable y la resiliencia de las comunidades en su conjunto.

 

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 Escucha la entrevista con la Dra. Restrepo aquí

 

 


Fecha de publicación: 14/09/2023