El apego, el cimiento de la inteligencia emocional de los niños
Autor: Lo+News
La teoría del apego tiene muchos años ya en el mundo de la psicología, sin embargo, ha tomado mucha fuerza en los últimos años ya que a través de ella se han logrado explicar algunos de los trastornos mentales que se presentan en la infancia y en la vida adulta.
Hoy hablaremos del apego desde la biología, ya que el apego tiene que ver con la neurobiología de los seres humanos y se refiere a un estado de seguridad; y no tanto a un sentimiento de amor o de cariño por alguien más como normalmente lo entendemos.
Por lo tanto, comprendiendo que el apego es un estado o sensación de seguridad podemos inferir cómo biológicamente los seres humanos, incluso los animales, se apegan a sus cuidadores primarios, en sus primeros años. Es por esto que cuando un bebé tiene hambre, le duele algo o necesita que lo cambien va a llorar intensamente, emitirá el llamado “llanto de apego”, el cual es tan intenso que los padres o cuidadores tendrán que hacer algo de inmediato para detenerlo ya que es una señal indicadora de que algo no está bien y que los bebés ocupan como un recurso para sobrevivir, apegándose a sus cuidadores quienes lo ayudan a ello.
Anteriormente se pensaba que era correcto dejar a los niños llorar para que “entendieran” cuándo debían comer, dormir, o hacer alguna otra actividad en el momento indicado, e irlos adecuando a un horario o ritmo de vida, incluso los familiares le recomendaban a los papás de bebés que no los acostumbraran a los brazos pues no era bueno. Ahora sabemos que es todo lo contrario, precisamente estas acciones generan un apego seguro.
En general hay dos tipos de apego: el seguro y el inseguro. El apego seguro se va a producir cuando un bebé o un niño tiene un cuidador que está ahí para él y que además es empático y está en sintonía con el infante para entender sus necesidades y satisfacerlas. Por otro lado, el apego inseguro sería lo opuesto, unos padres que, por la razón que sea, no pueden estar emocionalmente para los hijos o que a su presencia no es constante. Esto último se ve años después, reflejado en algunos trastornos emocionales durante la vida de ese niño.
Por último, ante el cuestionamiento de cómo podríamos apoyar a nuestros niños a desarrollar un apego seguro en el presente, es que los papás motiven a sus hijos a explorar el mundo dándoles la certeza de que pueden volver a casa para resolver sus dudas en un ambiente donde se sientan comprendidos y apapachados; y que al irse nuevamente tengan la seguridad que siempre puede regresar y sus papás estarán ahí para apoyarlos en cualquier situación de la vida.
maryfey9@hotmail.com
Terapeuta EMDR
Fundadora y Directora del Centro Integral de Diagnóstico y Atención Psicológica.
Fecha de publicación: 27/03/2023